Para las monjas, la abadesa es madre y maestra. Es tarea de la abadesa dirigir las oraciones, asignar tareas y conceder excepciones a la regla.
El lado más vulnerable, más humano, que evade los deberes y responsabilidades de este rol que la ve como protagonista de un sueño profundo. Un sueño que, si por un lado le recuerda su naturaleza, despojándola de todo reconocimiento y poder, por el otro la acerca a una realidad misteriosa, tal vez más cerca de la vida que de cualquier otra cosa.
"Quiero sentir que el sueño viene como vida y no como descanso" Fernando Pessoa
Gianluigi Di Masi
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Dónde está y cómo llegar (Referencia n.13)